Jugándonos el honor

Cuando no sueltan juntos al Maestro Randir y un servidor puede pasar casi de todo.
Desde estupideces estúpidas, hasta jugarse el honor en cuitas que para el pueblo llano no son más que tonterías.

La historia comienza hace dos semanas (o tres... no me acuerdo), cuando los dos Divinos Azofaifos acudimos a Carrefour acompañando a unos amigos (Hola Ángel, Hola Luz... Tenemos blog!!).

Uno que yo me sé, que es tonto ya de nacimiento, y le gusta hacer el idiota más que a un tonto un lápiz, vio la oportunidad perfecta en una cama con edredón de Winnie The Pooh (el sexto jinete del apocalipsis), y claro, había que aprovechar la ocasión e inmortalizar el evento.



Precioso, que plasticidad, que captura de la luz..... que..... todo....

Bien, hasta aquí todo "normal".

Sin embargo, durante el transcurso de una noche de parranda, el Maestro Randir negaba que el citado oso peluchíl apareciese en el edredón de marras.

"¿Pero qué cojones dices? ¿Cómo no va a ser el puto winnie the pooh?" (notesé la riqueza de vocabulario y ausencia de zafiedad, dignas de un catedrático de la lengua)
"¡¡Que no!! Que el edredón no era del oso ese"

Y llegamos al momento de jugarse algo, ya que, cuando un servidor se obceca con algo... muy posiblemente lleve razón.

Con Gentleman Loser como testigo, y pese a sus advertencias (él, como su nombre indica, también sucumbió ante mi aplastante razón), el Maestro Randir decidió jugarse, al igual que Gentleman Loser la virtud de una jovencita de rasgos asiáticos, conocida como la "crunchina".
Y así quedó reflejado por escrito, con firma y presencia de testigos.



Juzgamos innecesaria la presencia de sangre en el acto. Y me comprometí a sacar una mejor instantánea del edredón de la discordia.

Ya para terminar.... Alex.... MIRA Y LLORA



Esto de conseguir derechos de pernada resulta sencillo y comienza a aburrir.... La próxima vez habrá que jugarse el alma o algo así.

p.d. se nos va

1 Comment:

  1. Randir said...
    Que sí, que vale, que la lié y ahora hay que fastidiarse... Pero claro, una cosa es jugarse el derecho de pernada, y otra muy distinta que aún tenindo dos o tres derechos de esos, la crunchina decida por sí sola...
    Es míaaaaa, ella lo sabe y vosotros deberíais haceros a la idea... Pobres...:P

    PD: Pa otra vez me juego cinco euros y al carajo :P
    Hijos de puta...

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