El mundo del trapicheo está lleno de individuos entrañables, que al menos una vez te hacen esbozar una sonrisilla, aunque sea maliciosa.
Esta mañana, oyendo la tele, me enteré de la historia de un colega llamado Marcos R.I. que se dedicaba a sus trapis, como buenamente podía, a la puerta de un instituto.
Hasta ahí todo normal. Que aunque esté a favor de las drogas, lo de venderlas en las cercanías de institutos, colegios y similares no me parece adecuado, pero bueno... esa no es la noticia.
Por que parece que el debate sobre las drogas en cercanías de colegios ya no interesa, sólo nos fijamos en esta noticia por las "cualidades ortográficas" del camello de turno, dejando el debate aparcado donde no se merece estar. (es que ya se han cansado de intentar hacer algo al respecto?)
Tatatá.... el caso es que el amigo se curra un mapita explicativo que reparte entre sus posibles clientes sobre como contactar con él.
Sin desperdicio.
gracias Edu por pasarme la noticia de el pais
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